Unidad 01 El perdòn de David





Introduccion:
Educadora, comience preguntando a los niños: ¿Qué harían si un amiguito se pusiera triste contigo, por haber ganado en una disputa, en un juego, o por haber conocido un nuevo amiguito? (Espere la participación). ¿Qué situación difícil, no es cierto? Hay varios motivos que dejan las personas tristes o con celos uno de los otros. En la historia de hoy, vamos a oír sobre un rey que se puso triste y con mucha envidia de alguien que siempre lo ayudaba con mucho amor. ¿Ustedes quieren saber de quién estoy hablando? Entonces presten bastante atención.

Historia:
David cuidaba con mucho amor las ovejas de su padre. Cuando tocaba su harpa, alegraba a todos que escuchaban, y por causa de su gran don, el joven fue llevado al palacio del rey. ¿Saben para qué? (Espere la participación). Para tocar su harpa. ¡Eso mismo! El rey estaba atormentado por los espíritus malos y la música que David tocaba par el rey, lo ponía contento y en paz, pues el espíritu de Dios habitaba en David y hacia con que él bendiga a todos alrededor.
Ocurrió que un día, cuando David y Saúl volvían de la batalla en la cual David había derrotado un gigante, las mujeres de la ciudad comenzaron a cantar diciendo: “Saúl destruyó a un ejército, ¡pero David aniquiló a diez!”
El corazón de rey se puso triste, pues el pueblo amaba más a David que a él, por eso, se puso celoso. ¿Qué cosa fea, no? David sabia que el rey no era malvado, pero sabía que estaba siendo dominado por un sentimiento muy malo. Por tener un bueno corazón amable y saber perdonar, David no dejo que la tristeza entrase en su corazón, pues aquellos que aman a Dios saben perdonar unos a los otros.
¿Niños, ustedes se quedaron tristes con alguien? (Espere la participación de ellos). Entonces no se queden tristes con esta persona, pues debemos perdonar aquellos que nos maldicen. ¿Ustedes sabían que cuando el Señor Jesús estaba en la cruz perdonó a un ladrón? ¡Eso mismo! Y nosotros también debemos ser como Él, perdonar aquellos que nos entristecen. Está escrito en el libro de Salmos que: "Sin embargo, él les tuvo compasión; les perdonó su maldad y no los destruyó." Dios perdona nuestras fallas, pues es misericordioso, y debemos seguir el ejemplo de David, un hombre bueno que tenía un corazón listo para perdonar.

Conclusion:
Niños, aprendimos con la historia de hoy que David tenía un buen corazón que agradaba a Dios, y varias veces perdonó al rey Saúl. Debemos seguir el ejemplo de David. Cuando obedecemos a la Palabra de Dios, tenemos el corazón limpio, somos bendecidos grandiosamente, bendiciendo también al prójimo.

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