Historia: El gobernador de Egipto reencuentra su familia



Oimos en la semana pasada que José fue colocado como gobernador de Egipto. Él ganó lindas ropas, un cordón de oro y el anillo del Faraón. El rey dijo al pueblo que, a partir de aquel día todos deberían obedecer al nuevo gobernador, José. Amiguitos, durante siete años hubo prosperidad en Egipto, y José mandó que guardaran parte de todo lo que era cosechado de las plantaciones. Con eso se juntó mucho alimento. Después de siete años de abundancia, vieron los siete años de hambre y los moradores de otro país ya no tenían que comer y muchos iban hasta el Egipto en busca de alimentos.






Y fue exactamente eso lo que hicieron los diez hermanos de José. Ellos viajaron hasta Egipto para comprar comida. El gobernador José era responsable por la venta de alimentos para los moradores de los otros lugares. Y fue en ese momento que él reencontró a sus hermanos. Ellos se aproximaron y se arrodillaron delante de José, pero no lo reconocieron. Mucho tiempo había pasado, José ya era un hombre y estaba muy diferente de aquel jovencito que ellos habían vendido. Pero, José los reconoció inmediatamente, pero no dijo quién era. Ellos se presentaron diciendo que estaban allí para comprar comida, que eran doce hermanos, siendo que uno había desaparecido, y el más nuevo, que se llamaba Benjamín, estaba en casa con el padre. José dijo que solamente creería en aquella historia si llevasen el hermano más joven hasta él, y dijo que uno de ellos se quedaría preso mientras los otros buscarían al hermano más joven. Ellos llegaron a la casa y contaron todo para Jacob que, con miedo, no dejó que llevasen al joven. Después de algún tiempo los alimentos acabaron, y Jacob dijo a los hijos que fuesen a Egipto a comprar comida. Ellos se acordaron que solo podrían ir si llevaban a Benjamín junto con ellos. Entonces Jacob permitió que él fuese.





Cuando ellos llegaron, José mandó preparar en su casa un almuerzo muy especial para ellos. Los hermanos de él almorzaron, y de noche, José pidió a un siervo que colocase un vaso de plata en una de las bolsas de alimentos de Benjamín. Cuando estaban volviendo para la casa, José mandó llamarlos y dijo que alguien había robado uno de sus vasos, y el que había hecho eso sería esclavo de él a partir de aquel día. José estaba haciendo aquello, pues quería que Benjamín se quedase con él. Entonces el siervo abrió la bolsa de alimento y agarró el vaso.





Los otros hermanos quedaron con mucho miedo y pidieron que no hiciese nada con él, y que lo dejase volver para la casa, pues, si llegasen sin él, su padre no aguantaría y podría morir de tristeza, pues todavía sentía mucha falta del otro hijo que había desaparecido. Clase, ¿saben lo que ocurrió? (Espere la participación). José comenzó a llorar y contó la verdad, explicó todo lo que había ocurrido desde aquel día que fue vendido. José pidió que fuesen a buscar a su padre, y todos los otros familiares que habían quedado en su tierra. Al encontrarse con su padre, José lloró y perdonó a los hermanos. A partir de aquel día, todos se quedaron viviendo en Egipto.





Amiguitos, Dios realizó el sueño de José. Él estaba gobernando Egipto, y después del Faraón era la persona más importante de aquel país. Mismo pasando por tantas cosas malas, José perdonó a los hermanos, así, también, nosotros debemos comportar cuando alguien nos deja triste. Debemos perdonar y orar por estas personas, pues así estaremos agradando a Dios.




 

 








1 comentario:

Anónimo dijo...

q lindo