Objetivo de la lección: Enseñar a los niños que Dios desea derramar el Espíritu Santo en nuestra vida.
Versículo para memorizar: “Mas recibiréis poder, al
descender sobre vosotros el Espíritu Santo...” (Hechos 1:8)
Introducción: Educadora, lleve a la clase la foto o ilustración de un
ventilador. Comience preguntándoles: Niños, a parte del aire acondicionado,
¿cuál es el otro aparato que usamos para refrescarnos en el calor? (espere la
respuesta). Si, el ventilador o abanico, (muestre la foto). Niños, nosotros
podemos ver el ventilador, pero el aire es invisible, no podemos verlo,
solamente sentirlo. De igual manera, no podemos ver el Espíritu Santo, pero
podemos sentirLo, percibir la presencia de Él en nuestra vida. En la historia
de hoy vamos aprender como recibir el Espíritu Santo.
El bautismo con el Espíritu Santo
Niños, la Biblia dice que los discípulos y algunas personas estaban
reunidas en un cenáculo, orando juntos en la misma fe. El Señor Jesús ya había
muerto y resucitado, pero antes de ser llevado a los cielos, Él dijo: “…cuando
el Espíritu Santo descender sobre ustedes, ustedes recibirán poder y serán mis
testigos (…) hasta en los lugares más lejanos…” (Hechos 1:8).
Amigos, los discípulos iban necesitar mucho del Espíritu Santo para hablar
de Jesús, pues había muchos lugares a ser evangelizados. Nosotros no somos nada
sin la presencia de Él en nuestra vida, por eso debemos aprovechar esa ultima
semana del ayuno de Daniel para ser llenos del Espíritu Santo. Pero, ¿ustedes
saben como fue que los discípulos Lo recibieron? Ellos buscaban a Dios de todo
el corazón y, de repente, vino del cielo un ruido que parecía de un viento
soplando muy fuerte y ese ruido llenó todo el Cenáculo, y todos quedaron llenos
del Espíritu Santo y empezaron a hablar en otras lenguas. Niños, para recibir
el Espíritu Santo, hoy no precisamos escuchar ningún ruido como en el pasado.
Para recibirLo solamente debemos obedecer a Dios y creer en el bautismo de todo
nuestro corazón. Niños, a partir de aquél día, los discípulos recibieron el
poder de Dios y con toda la fe y determinación, pasaron a hablar de Jesús a las
personas, y muchos aceptaran a Jesús como su Salvador.
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