Creo
que a todos les gusta los dulces, unos más que otros, pero nuestro
cuerpo necesita de ellos para dar la energía. Cuanto tenemos un
cumpleaños corremos para ver la mesa del pastel con los dulces, como
la mesa que preparamos hoy …¿Muy hermosa mesa no es verdad? Aca
tenemos un lindo árbol de gomitas, sabias que el Señor Jesús nos
comparó con un árbol.
El
dijo: "No es buen árbol el que da malos frutos, ni árbol malo
el que da buen fruto. Porque cada árbol se conoce por su fruto"
(Lucas 6:43, 44). Cuando somos desobedientes, y no practicamos lo que
nos enseñan de bueno somos como el árbol malo, que no agrada a
Dios. ¿Que debemos hacer para que los frutos del espirito santo
es tea en nuestras vidas?
Presten
atención: cuando
somos pequeños y queremos cruzar la calle tomado de la mano
de nuestros padres para estar seguros, así desemos tener en la vida
la seguridad que estamos agradando a Dios y dando excelentes frutos,
debemos tomar la mano de Dios y tendras del fruto del Espíritu
Santo. Ahora vamos a conocer los 9 frutos del espíritu (Gálatas
5:22).
- AMOR: Es la esencia misma de Dios, Él es amor. Ese amor ha sido derramado por el Espíritu Santo en nuestros corazones. ¿Tienes amor en tu corazón? ¿Tienes amor a Dios? ¿Y a las personas?
- ALEGRIA: Es estar contento con todo lo que Dios nos da. ¿Eres así? ¿Te consideras feliz?
- PAZ: Paz con Dios y en Dios. Es igual a descanso, tranquilidad. También es vivir en paz con los demás.
- PACIENCIA: Es aguantar, tolerar, soportar. Es tener un gesto amable en momentos difíciles. ¿Tienes paciencia o te enojas fácilmente?
- AMABILIDAD: Es mostrar siempre un rostro contento, bueno y agradable. Unos ojos que expresan bondad ¿Qué te parece un rostro así?
- BONDAD: Es el amor en acción. Hacer el bien.
- FIDELIDAD: Fe en Dios, fe en los demás, Confianza, Saber esperar.
- DOMINIO PROPIO: Es ganar perdiendo. No se defiende. No busca
- "derechos". Acepta.
- HUMILDAD: Reconocer nuestras fallas y saber escuchar.
Sí
el fruto del Espíritu se muestra en nosotros, nuestra influencia no
tiene límites. Nos abre las puertas para dar a conocer al Señor
Jesús. Al vernos, la gente verá a él. Aun sin proponértelo,
descubrirás que hay quienes desean imitarte. Te sentirás feliz. ¿Tu
carácter no es bueno? ¿Eres impaciente? ¿Reaccionas mal? ¿Te
llenas de orgullo con facilidad? ¿O eres agrandado?, ¿O quizás
tienes el hábito de disminuir a tus amigos? ¿Eres negativo? ¿O
eres egoísta? ¿Hechas a perder tus buenas acciones con otras que no
lo son?. Tienes que saber que todo esto es común en la vieja
naturaleza que todos traemos desde que nacemos. Pero recuerda que
precisamente el Espíritu Santo vino para manifestar esa nueva
naturaleza, la de él en nosotros. El Señor se encargará de
hacerlo, sí ve en nosotros el deseo de cambiar. En la medida en que
el Señor vea en ti, así se manifestarán los frutos del Espíritu
en tu vida y tendrás una alegría en tu Espíritu.
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