La Palabra de Dios dice: "Instruye al niño en su camino, y ni aun de viejo se apartar de Èl." (Proverbios 22.6); vea que responsabilidad tan grande el Señor Jesús nos ha confiado.
Cierta vez El dijó: "Dejad a los niños venir a mí, y no se lo impidáis; porque de los tales es el reino de Dios." (San Lucas 18.16).
Todo niño cuando nace es puro, y como dice el versículo de arriba, pertenece al Reino de Dios. Sin embargo, a medida que va creciendo, si el no es enseñado a andar en el camino de Jesús, las cosas de este mundo van a contaminar su corazoncito y apartalo de la Salvación.
Por eso, el trabajo de la E.B.I. es fundamental, pues ella se dedica a cuidar de los pequeñitos llevando el mensaje de Salvación, porque no es de la voluntad de Dios que un solo niño se pierda.
Y usted educadora recuerde que es el instrumento de Dios para esto, por lo tanto, "...se tu una bendición" (Gn. 12.2).
"Y cualquiera que reciba en mi nombre a un niño como este, a mí me recibe." (San Mateo 18.5)
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