El Reino de los Cielos es para quien sacrifica
Estos últimos días, no han sido muy diferentes a los de Juan bautista. En aquellos tiempos, él no solamente predicaba arrepentimiento, sino que también conducía a los judíos sinceros a confesar y abandonar sus pecados. Mateo 3:1-10
Ahora, en este momento, ¿no será esa la voluntad de Dios para su vida?
¿De qué sirve que usted busque ayuda de Dios en la iglesia y allá afuera continúe con una vida de adulterio, prostitución, robo, mentira, etc., etc.?
¿A quién piensa usted que engaña?
¿Qué piensa usted que va a ganar?
¿Hasta cuándo va a sustentar ese espíritu de pecado en usted?
El pecado es un espíritu. Quien le dice que si a él, le dice si a su espíritu.
¿Cómo salir de esta prisión?
Sacrificando su carne hasta el punto de hacerla morir de hambre.
¡Claro!
Si usted sacrifica la carne, ¿dónde va habitar el espíritu del pecado?
mas http://www.bispomacedo.com.br/
No hay comentarios:
Publicar un comentario