No voy a ser hipócrita. Yo ya fui del tipo que cuando aquel niño llegaba pensaba "¡ay mi Dios del Cielo, ese niño aquí de nuevo!" Ya hasta expulsé niños de mi clase... Hoy me arrepiento de eso, y por eso estoy aquí, para evitar que las tías más nuevas cometan ese mismo error. Hoy, cuando ese niño llega en la EBI yo pienso: "Padre, dame fuerzas y capacidad para cuidar de él. El Señor lo conoce y me conoce también, entonces ayúdame y ayúdalo."En cualquier EBI, en cualquier escuela, en cualquier lugar donde haya muchos niños siempre habrá aquellos que les gusta estorbar, irritar. Eso es inevitable. Ese tipo de niño puede ser un caso perdido en cualquier lugar. Pero en la EBI es un alma que Dios entregó, confió a las tías, para ser cuidada y preservada!
Quiero decir, los niños son almas. Deben ser tratadas como tal. Aquellos que son más rebeldes son los que merecen más atención, cariño, amor, disciplina. Queda en ti, educadora, cuidar de ese niño, pues más adelante, Dios te cobrará esa alma. Ella no debe ser ignorada, avergonzada, expulsada... Debe ser orientada, auxiliada. En el inicio va a ser complicado, pero cuando ganes la confianza de ella, tendrás libertad para ayudarla.
Por lo tanto, en vez de criticar a aquel niño, ámalo. Apenas eso. Ámalo como amas a aquel que es el ejemplo de comportamiento. Llámalo cerca de ti. Deja que Dios te use para cuidar de él. Tal vez seas la única que pueda hacer eso por él, pero estás desperdiciando la oportunidad mirando lo que él es. Mira lo que él puede ser. Un obrero, pastor, esposa de pastor.... Está en nuestras manos, tías.
Si percibes que has actuado de forma errada con algún niño, ve a un lugarcito reservado ahora, y ora por él. Pide a Dios que te ayude a ayudarlo. Ellos son el futuro de la iglesia. Y repito: Están en nuestras manos.
En breve, traeré un mensaje que podrá ayudarlas en el trato con los niños más bendecidos.
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