Amiguitos, el dijo para sus soldados: “Mírenme —les dijo—. Sigan mi ejemplo. Cuando llegue a las afueras del campamento, hagan exactamente lo mismo que me vean hacer. Cuando yo y todos los que están conmigo toquemos nuestras trompetas, ustedes también toquen las suyas alrededor del campamento, y digan: "Por el SEÑOR y por Gedeón." (Jueces 7.17,18). Y así ellos hicieron. Cuando los enemigos oyeron los ruidos de vasijas siendo rotas, de trompetas y vieron las antorchas, ellos se desesperaron. Dios hizo con que los enemigos se quedasen con miedo y se atacaron uno a los otros. Los que sobrevivieron huyeron espantados, pero fueron perseguidos y derrotados.
¡Que bella victoria! La tropa de Dios venció a los enemigos sin necesitar de luchar, apenas obedeciendo. ¿Sabían que es así como Dios hace con nosotros en los días de hoy? Él quiere vencer nuestras batallas y solo nos pide apenas que lo obedezcamos. ¿Eso es espectacular? Niños, ustedes también hacen parte de la tropa de Dios, entonces toquen sus trompetas, hablen la Palabra de Dios para sus amiguitos y parientes. Cuando ustedes dicen no a las voluntades que desagradan a Dios, están rompiendo tu vasija de barro. Cuando ustedes dan el buen ejemplo, a través de tu comportamiento, para los amiguitos, para la mamá para el papá, es como si estuviesen encendiendo la antorcha.
CONCLUSIÓN
Cuando tenemos la ayuda de Dios podemos vencer cualquier problema, basta apenas obedecerlo y confiar en Él. No importa si tú eres pequeñito o grandote, o si tus padres no tienen mucha condición financiera, lo que importa es tu fe en Jesús. ¡Acuérdate! Ustedes hacen parte de la tropa de Dios y tu arma de guerra es tu fe en Él. ¿Entendieron niños? ¡Muy bien!
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